Las fosas sépticas o pozo séptico, son unidades de tratamiento primario de las aguas negras domésticas; en ellas se realiza la separación y transformación físico-química de la materia sólida contenida en esas aguas. Se trata en efecto de una forma sencilla de tratar las aguas negras.
Las cargas contaminantes de las Fosas sépticas proceden principalmente de materia orgánica, y de la limpieza que se realiza en los sanitarios; en el caso de los hogares, se incluye los contaminantes procedentes del aseo personal, la cocina y la limpieza de la casa o industrias en general. Suelen contener gran cantidad de materia orgánica y microorganismos, así como restos de jabones, detergentes, lejía y grasas. Dentro del pozo, microorganismos se alimentan de los sólidos dentro del lodo y las aguas residuales, reduciendo su capacidad volumétrica. Este proceso crea gases, dióxido de carbono, sulfuro de hidrógeno, entre otros que salen a través del conducto colocado en el techo del pozo séptico
Los lodos y las espumas acumuladas son removidos en intervalos equivalentes al periodo de limpieza. Estos intervalos se pueden ampliar o disminuir, siempre que estas alteraciones sean justificadas y no afecten los rendimientos de operación ni se presenten olores indeseables.
La remoción se realiza con técnicos especializado y con el equipo y maquinaria adecuada para garantizar que no haya contacto entre el lodo y los técnicos. Antes de cualquier operación en el interior del tanque, la cubierta debe mantenerse abierta durante un tiempo suficiente (>15 min) para la remoción de gases tóxicos o atmosferas explosivas el pozo será vaciado periódicamente para luego proceder a desinfectarlo.
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