Los insectos son organismos vivos que actúan como vectores que pueden transmitir patógenos infecciosos entre personas, o de animales a personas.
Muchos de esos vectores son insectos hematófagos que ingieren los microorganismos patógenos junto con la sangre de un portador infectado (persona o animal) y posteriormente los transmiten a un nuevo portador, una vez replicado el patógeno.
Con frecuencia, una vez el vector ya es infeccioso, puede transmitir el patógeno el resto de su vida en cada picadura o ingestión de sangre posterior.
Los insectos como interés en la salud pública y dentro de las actividades económicas generan problemáticas y malestar. Los mosquitos son los vectores más importantes de enfermedades, pero no son, en absoluto, los únicos. Existen enfermedades que se transmiten por picaduras de moscas, por garrapatas, por pulgas, por piojos y por chinches, sin embargo, también actúan como vectores para provocar contaminaciones cruzadas.
Un control de insectos eficaz requiere cierto conocimiento sobre la plaga y sus hábitos. El primer paso es la identificación correcta de la plaga, para después definir el método de eliminación y control.
Un recurso orientado al control y eliminación de insectos, rastreros y voladores es la selección de un procedimiento específico de acuerdo al grado de infestación con el cual se disminuirá la acumulación descontrolada de insectos siendo esté la desinsectación, el cual tiene como acción eliminar determinados artrópodos dañinos principalmente insectos como: hormigas, chinches, avispas, moscas, pulgas y demás clases de insectos por medios químicos como son las fumigaciones mediante productos biodegradables, métodos físicos o con la aplicación de medidas de depuración específicas.
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